Jair Gonçalves y el eco de la hazaña del 82: En Maracaná sentí el silencio, jamás lo olvidaré
- 18/09/24
- Andrés López

Cuando Jair Gonçalves habla de Peñarol, no es solo fútbol lo que corre por sus palabras, es historia, es pasión, es la esencia misma de la garra aurinegra. Este jueves, los Carboneros se enfrentarán nuevamente a Flamengo, un rival que trae consigo recuerdos imborrables de 1982, cuando Peñarol, contra todo pronóstico, silenció al Maracaná al ganar 1 a 0 con gol de tiro libre del propio Jair. Este equipo luego se coronaría campeón de América y del Mundo.
Jair, una pieza fundamental de aquella gesta, no puede evitar la emoción cuando revive esos momentos. "Nadie podía creer lo que había pasado. Flamengo era una selección, venían de ser campeones, pero nosotros… nosotros éramos Peñarol. Nos abrazamos a nuestra idea, nos convencimos, y pudimos hacerlo", dice, recordando aquel gol de tiro libre que dejó sin voz a más de 80.000 almas en Río de Janeiro.

Ese eco de silencio en el Maracaná aún resuena en su corazón. "Cuando hice el gol, miré alrededor y el estadio estaba en silencio. Nunca voy a olvidar ese momento", confiesa con un brillo en los ojos. Y es que para los jugadores de aquella época, más que fútbol, fue una batalla épica donde la entrega y el orgullo llevaron a Peñarol a hacer lo imposible.
Ahora, en vísperas de un nuevo capítulo entre Peñarol y Flamengo, Jair siente el mismo fervor. "Flamengo será un rival duro, pero no es imposible para Peñarol", asegura, confiando en que la historia puede repetirse. El brasileño ha sido invitado por el club a acompañar al plantel en las horas previas al partido, un honor que lo llena de orgullo, sabiendo que estará allí para desearle suerte a los jugadores que llevarán la camiseta con la misma pasión que él vistió hace más de 40 años.
Cada palabra de Jair es un recordatorio de lo que significa ser de Peñarol, de esa garra única que trasciende el tiempo. Los hinchas saben que, en este tipo de noches, todo es posible. Porque la historia aurinegra no se escribe con favoritismos, se escribe con corazón, lucha y la eterna convicción de que, cuando se trata de Peñarol, las hazañas son posibles.