Peñarol disfruta de un fin de semana redondo y se ilusiona con la Copa

  • 23/09/24
  • Andrés López

Diego Perez con pelota dominada

Peñarol vivió un fin de semana perfecto. Diego Aguirre, con la mente puesta en la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores, decidió rotar el plantel, pero el resultado fue inmejorable: el equipo alternativo que alineó ante Cerro no solo respondió, sino que terminó goleando 5-0 en el Parque Viera.

Las bases de esta goleada fueron muchas. Empezó con un gol cuando apenas corría el primer minuto de juego, lo que le dio confianza al equipo desde el inicio. A esto se sumó el olfato goleador de Facundo Batista, quien se despachó con tres tantos, un Alan Medina que brilló por la banda izquierda, la experiencia y liderazgo de Gastón Ramírez, y un Matheus Babi que aprovechó los minutos que tuvo en el complemento para firmar un doblete que selló la goleada.

Estos tres puntos de oro no solo mantienen la racha positiva del Carbonero, sino que lo posicionan como único escolta de Danubio en el Clausura. Además, Peñarol aprovechó el empate de Nacional para estirar a siete puntos la ventaja en la Tabla Anual, un margen clave de cara al final de la temporada.

Es cierto que el contexto del partido cambió drásticamente con el gol tempranero y la expulsión de un jugador rival, pero en ningún momento se sintió que Peñarol había alineado a un equipo que no había jugado junto anteriormente. A pesar de las rotaciones y los debuts de tres jugadores, el equipo se mostró aceitado y sólido, muy diferente a lo visto en el empate sin goles ante Cerro Largo semanas atrás.

Entre los destacados, Felipe Avenatti fue clave. Su esfuerzo para no dar por perdida la pelota que terminó en el primero de los tres goles de Batista fue solo una muestra de su gran aporte. Además de hacer el trabajo sucio en el juego aéreo, mostró calidad con el balón en los pies.

El fin de semana fue redondo, y más aún con la actuación de Matheus Babi. En poco más de 10 minutos en cancha, el brasileño anotó dos goles, dejando claro que todo el plantel está comprometido y peleando por un lugar en el equipo.

El hincha aurinegro se fue del Parque Viera con una sonrisa de oreja a oreja, no solo por el contundente triunfo, sino por la tranquilidad de ver un plantel amplio y competitivo. Pero la mente ya está en el jueves, cuando Peñarol buscará dar el golpe en la Copa Libertadores. Con el ánimo en alza y la confianza a tope, el Carbonero sueña en grande.